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La frontera, borders an transborders. Reflections of the borderlands in Chicana Literature (early 20th-21st c.)

  • Autores: Maialen Antxustegi-Etxarte Aranaga
  • Directores de la Tesis: Amaia Ibarraran Bigalondo (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea ( España ) en 2015
  • Idioma: inglés
  • Tribunal Calificador de la Tesis: David Río Raigadas (presid.), Aitor Ibarrola Armendariz (secret.), Niamh Thornton (voc.)
  • Materias:
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    • Tesis en acceso abierto en: ADDI
  • Resumen
    • LA FRONTERA, FRONTERAS y TRASNFRONTERAS. Reflexiones sobre la zona fronteriza en la literatura chicana (principios s. XX-XXI) Las fronteras, tanto pol¿ticas como conceptuales, han recuperado su protagonismo en el mundo globalizado, y su significado ha cambiado con las demandas econ¿micas de nuestros tiempos. El siglo XIX marc¿ el establecimiento de r¿gidas fronteras que defin¿an las motivaciones nacionalistas en todo el mundo, y, en los siglos posteriores, con las mejoras tecnol¿gicas, hubo un aumento importante en el comercio ¿libre¿ transnacional. En los ¿ltimos a¿os, en cambio, las fronteras nacionales han recuperado unas connotaciones complejas y contradictorias; es decir, mientras que la econom¿a de la mayor¿a de naciones se sustenta sobre la libre circulaci¿n de productos, el tr¿nsito de cierto tipo de individuos es interceptado y criminalizado. Con el fin de lograr dicho objetivo, se han construido y reforzado fronteras nacionales que dificulten la migraci¿n al mismo tiempo que la econom¿a mundial sobrevive gracias a la premisa de un comercio trasnacional. El caso de la frontera entre EEUU y M¿jico es un claro ejemplo de esta contradictoria realidad. Dicha construcci¿n geopol¿tica es central en la presente pol¿tica estadounidense y, por tanto, tanto el an¿lisis de su historia como de su funci¿n en la experiencia colectiva de la comunidad mejicano americana es necesario para comprender su alcance. Es m¿s, la frontera y sus m¿ltiples conceptualizaciones han sido cruciales en el desarrollo de una identidad pol¿tica mejicano americana. En este contexto, uno de los objetivos de esta tesis doctoral es presentar diferentes interpretaciones de esta frontera como medio para el estudio del desarrollo de la literatura fronteriza chicana en EEUU a lo largo de la historia moderna.La frontera entre EEUU y M¿jico se estableci¿ el 2 de febrero de 1848 con el Tratado de Guadalupe Hidalgo. Aunque esta construcci¿n abarca tanto el sudoeste norteamericano como la zona del norte de M¿jico, alrededor de 1950 millas, este trabajo prestar¿ especial atenci¿n a la zona limitada entre Tejas y M¿jico, ya que la mayor¿a de las obras literarias incluidas se sit¿an en esta zona. Con este objetivo en mente, las particularidades de esta ¿rea son esenciales para comprender los dr¿stico cambios socioecon¿micos e ideol¿gicos provocados por el establecimiento de esta frontera. El Tratado oblig¿ a M¿jico a ceder a EEUU una gran parte de sus estados del norte como son California, Nuevo M¿jico, Arizona, Colorado y Tejas. En este nuevo contexto geopol¿tico, a los originales habitantes se les ofreci¿ la posibilidad de trasladarse a M¿jico o de quedarse en el nuevo territorio estadounidense con la promesa de obtener la ciudadan¿a. La mayor¿a de ellos decidieron quedarse en su tierra natal con la esperanza de recuperar sus vidas tal como eran antes de la guerra. Desgraciadamente, la nueva realidad pol¿tica trajo consigo cambios dr¿sticos en el ¿mbito social, econ¿mico y cultural que directamente contradec¿an el esp¿ritu del Tratado. Los discursos nacionales se desarrollan en base a una noci¿n de legitimidad entre una comunidad y una franja delimitada de tierra. Esta tesis tambi¿n incluye entre sus objetivos el analizar los diferentes procesos de construcci¿n identitaria adquiridos como resultado de varias apropiaciones geogr¿ficas presentes en las narrativas hist¿ricas y literarias de la zona fronteriza entre EEUU y M¿jico. Para lograr dicho objetivo, diversas conceptualizaciones en relaci¿n con esta zona geogr¿fica ser¿n incluidas y analizadas. Los estudios fronterizos afirman que desde el Tratado de Guadalupe Hidalgo dispares interpretaciones de esta zona han estado presentes en el desarrollo de la identidad mejicano americana. M¿s concretamente, este estudio se centra en el caso particular de la creaci¿n de una identidad chicana tal y como queda reflejada en la literatura fronteriza chicana.El peso de los discursos hegem¿nicos en la discriminaci¿n de la poblaci¿n Mexicana en los EEUU es indudablemente importante. Las narraciones de hechos pasados y los recuerdos de batallas fronterizas inculcaron y reforzaron la desconfianza de los anglosajones hacia la poblaci¿n nativa. Diferentes contiendas en la historia de la frontera fueron incluidas en cr¿nicas hostiles, donde versiones tendenciosas justificaron la discriminaci¿n hacia la poblaci¿n no anglosajona. Los hechos y las ambig¿edades presentes en todo relato hist¿rico fueron eliminados, y, una versi¿n partidista fue aceptada como el informe ver¿dico. Estas narraciones demostraron ser muy eficaces en la promoci¿n y perpetuaci¿n de divisiones sociales, econ¿micas e ideol¿gicas entre los habitantes anglosajones y la poblaci¿n mejicana. Por tanto, la relevancia de narraciones en el establecimiento de las relaciones entre comunidades es inmensa. La nueva frontera, por tanto, provoc¿ el alejamiento cultural de los habitantes originarios del sudoeste norteamericano. Las narraciones de la frontera, tal como fueron creadas y propagadas por los colonos anglosajones de la ¿poca, justificaron las diferencias entre las comunidades mejicana y anglosajona. Al describir el sudoeste norteamericano como una frontera, estos relatos desposeyeron el ¿rea de su pasado. La imagen de un espacio vac¿o y salvaje en la periferia de la civilizaci¿n sirvi¿ a los autores e historiadores anglosajones para promover un discurso nacionalista. A trav¿s de la introducci¿n de la imagen de la frontera, y la repetici¿n de esta conceptualizaci¿n parcial del oeste, las comunidades no-anglosajonas eran descritas como amenazantes o ignorantes. Por tanto, la frontera f¿sica entre EEUU y M¿jico, y su conceptualizaci¿n ideol¿gica se convirtieron en la base para un discurso que legitimaba la superioridad anglosajona sobre la mexicana y sobre el resto de habitantes no-anglosajonas. Alarmante como resulta, esta concepci¿n del oeste americano se mantiene arraigado en la corriente principal de EEUU. Un hecho que demuestra la perseverancia de s¿mbolos geogr¿ficos en el proceso de la creaci¿n identitaria nacional.Aunque varios esfuerzos para deslegitimar estos prejuicios contra la poblaci¿n mejicano americana existieron durante los a¿os 30, no fue hasta los a¿os 60 cuando un desaf¿o pol¿tico unificado triunf¿. Los origines de este activismo se sit¿an en dos sucesos dram¿ticos de la historia de los Estados Unidos: la Segunda Guerra Mundial y el movimiento por los derechos civiles. Adem¿s, cambios estructurales relacionados con el sistema econ¿mico tambi¿n impulsaron el debilitamiento de la discriminaci¿n existente. Es decir, en la era moderna, la industrializaci¿n y la urbanizaci¿n impulsaron una nueva clase social compuesta por comerciantes y consumidores de clase media a diferencia de los productores y obreros de ¿pocas anteriores.Durante el movimiento por los derechos civiles, la poblaci¿n afroamericana exigi¿ el fin de la segregaci¿n racial en EEUU. Al reclamar su ciudadan¿a estadounidense, estos activistas reclamaron derechos sociales y pol¿ticos b¿sicos denegados previamente, como el derecho a voto. Inspirados por este activismo, los mejicanos americanos se unieron con un fin pol¿tico y cultural, y llevaron a cabo su propio programa definido por El Movimiento. La concreci¿n cultural se convirti¿ en clave para la celebraci¿n y orgullo de su pasado mejicano e ind¿gena. Este primer paso se convirti¿ en la base de un activismo nacionalista, a trav¿s del cual, los mejicanos americanos, Chicanos como se autodefinieron, reivindicaban su legitimidad como los habitantes originales del sudoeste norteamericano. Mediante la apropiaci¿n de dicho t¿rmino identitario, estos activistas celebraron no solo su compromiso pol¿tico sino, tambi¿n, su intenci¿n de recuperar su pasado hist¿rico y cultural como v¿a para la superaci¿n de la discriminaci¿n sufrida bajo el dominio anglosaj¿n. El Movimiento animaba a alcanzar una uni¿n cultural y pol¿tica como ¿nico modo de triunfar en su lucha. Este activismo tambi¿n favoreci¿ la creaci¿n y defensa de una patria cultural relevante, Aztl¿n, como medio de empoderar su objetivo pol¿tico. Este concepto simb¿lico y plan pol¿tico representaba la larga historia de la comunidad chicana. Esta imagen m¿tica, rescatada de su pasado azteca, permiti¿ un v¿nculo cultural entre su pasado, y la existencia de un presente y futuro para la naci¿n chicana. Aztl¿n tambi¿n ofrec¿a un concepto geogr¿fico con la que la comunidad chicana pod¿a identificarse, y el cual inclu¿a testimonios culturales e hist¿ricos que los contextualizaba de forma positiva y revolucionaria. Por tanto, Aztl¿n represent¿ una conceptualizaci¿n ideol¿gica clave para el dise¿o pol¿tico de El Movimiento. Desgraciadamente, su llamada a la centralizaci¿n de la familia tradicional, el hogar y la hermandad no cuestion¿ la necesidad de la igualdad entre g¿neros y la forma en la que la tradici¿n amparaba la triple discriminaci¿n sufrida por la mujer chicana por su raza, clase y g¿nero. Fue con el objetivo de superar este vac¿o que las feministas chicanas empezaron a reinterpretar y producir su propia simbolog¿a y teor¿a geogr¿fica.Estas feministas exigieron tener voz en su comunidad y lo lograron a trav¿s del acto de la escritura. La literatura, por tanto, se convirti¿ en un instrumento pol¿tico para estas mujeres. A partir de este momento, la producci¿n literaria se foment¿ como medio de reivindicaci¿n pol¿tica. La toma de la pluma y la creaci¿n de un espacio literario feminista invit¿ a la reflexi¿n narrativa de nuevas conceptualizaci¿n de identidades chicanas feministas que superaran las interpretaciones tradicionales. Una de las voces m¿s populares en la teor¿a cr¿tica feminista fue la escritora tejana Gloria Anzald¿a. En su b¿squeda de una teorizaci¿n apropiada de una patria, que incluyera las particularidades de las chicanas como mujeres trabajadoras y de color, Anzald¿a reinterpret¿ el s¿mbolo de Aztl¿n creando un locus alternativo en la frontera entre EEUU y M¿jico. A diferencia de la representaci¿n de la frontera de los colonizadores anglosajones como un ¿rea primitiva que dominar y poseer, Anzald¿a la present¿ como un espacio intermedio donde las culturas cohabitan y negocian. Su concepto, como hogar de la feminista chicana, descarta una conceptualizaci¿n restringida de nacionalismos tradicionales, y, al contrario, defiende un entendimiento ¿mestizo¿ de la frontera. Con esta nueva alianza te¿rica, la cultura chicana queda definida como una coexistencia entre or¿genes europeos, mexicanos e ind¿genas que desestiman la noci¿n de alianzas nacionales ¿nicas y de pureza nacional. Como resultado, la ubicaci¿n geogr¿fica de la frontera de Anzald¿a ofrece una conceptualizaci¿n hist¿rica y cultural alternativa de la identidad chicana a trav¿s de una redefinici¿n de Aztl¿n. Adem¿s, esta zona fronteriza se convierte en su base te¿rica y conceptual desde la cual denunciar las diversas fuentes de discriminaci¿n presente en la sociedad estadounidense, en general, y en la comunidad chicana tradicional, en particular.Para alcanzar un estudio completo de la literatura fronteriza chicana, es necesaria la inclusi¿n de diferentes obras literarias, que reflejen la particularidad de la experiencia fronteriza a lo largo de su historia. Desafortunadamente, la generalizada discriminaci¿n de las mujeres mejicanas americanas en la historia de los EEUU limit¿ sus oportunidades de disfrutar tanto de las habilidades ling¿¿sticas necesarias como del tiempo libre, la privacidad y los medios econ¿micos imprescindibles para la producci¿n literaria. Como consecuencia, al reclamar ejemplos de literatura fronteriza chicana anterior a El Movimiento, es necesario adoptar una posici¿n inclusiva. En esta tesis, se presenta una interpretaci¿n alternativa del desarrollo de la literatura fronteriza chicana seleccionando obras literarias escritas en diferentes per¿odos hist¿ricos y por autores chicanos pertenecientes a distintas identidades de clase, g¿nero y sexualidad. Al reunir autores de tal diverso origen, este estudio defiende la idea de que la experiencia fronteriza chicana no est¿ limitada a la definici¿n de ¿chicana¿ tal como fue concebida en los a¿os 60s durante El Movimiento. El presente trabajo incluye una tradici¿n m¿s extensa y una comprensi¿n m¿s inclusiva de la identidad chicana.La tesis est¿ compuesta de cuatro cap¿tulos que se centran en diferentes autores cuya experiencia y producci¿n literaria est¿ entrelazada al lugar donde viven o en la que sit¿an sus composiciones literarias. El objetivo del primer cap¿tulo es conseguir un entendimiento completo de la identidad feminista chicana alejada de las tradicionales nociones restrictivas de raza, clase, g¿nero y sexualidad. Esta secci¿n ofrece una introducci¿n general a la idea clave de que la conceptualizaci¿n del espacio es central para el desarrollo de la identidad. M¿s concretamente, este cap¿tulo tiene como objetivo evaluar la manera en la que diferentes espacios fueron producidos a trav¿s de narraciones que, m¿s tarde, fueron adue¿adas por diferentes comunidades. Por tanto, esta primer parte presenta varios s¿mbolos geogr¿ficos que han estado estrechamente relacionados con la forma en la que la historia y cultura chicana fue eliminada, al principio, y recuperada y reforzada m¿s tarde. Con el objetivo de recuperar el pasado literario e hist¿rico de las chicanas, el segundo cap¿tulo analiza las vidas y las obras principales de tres mujeres fronterizas de principios del siglo XX quienes, hasta hace poco, han sido consideradas irrelevantes en la construcci¿n de la identidad fronteriza chicana. Jovita Gonz¿lez, Leonor Villegas de Magn¿n y Josefina Niggli son el aspecto principal de este cap¿tulo junto a sus trabajos m¿s conocidos Caballero (1996), The Rebel (1994) y Mexican Village (1945) respectivamente. Es mi opini¿n que estas tempranas fronterizas deber¿an considerarse las progenitoras de las chicanas feministas contempor¿neas ya que sus trabajos representan la existencia de un discurso feminista en la zona fronteriza entre EEUU y M¿jico a principios del siglo XX. Por consiguiente, Gonz¿lez, Villegas de Magn¿n y Niggli son centrales para establecer puentes entre la literatura chicana del siglo anterior y las feministas chicanas contempor¿neas.El tercer cap¿tulo presenta la contextualizaci¿n te¿rica de El Movimiento, en general, y de las chicanas feministas, en particular. Esta secci¿n tiene como objetivo identificar las condiciones que provocaron el surgimiento de la actividad chicana y, m¿s concretamente, el afloramiento de la tendencia feminista. Este apartado incluye los temas, el contexto y los conflictos que las feministas chicanas sufrieron en su defensa de los derechos relacionados con el g¿nero y la sexualidad, los cuales hab¿an sido ampliamente ignorados por el mantenimiento de un activismo comunitario m¿s homog¿neo. En otras palabras, este cap¿tulo se centrar¿ en el activismo alternativo que las feministas chicanas promocionaron con el fin de crear su propio espacio literario; un espacio que permit¿a la recuperaci¿n y la memoria de su pasado chicano. Adem¿s, diferentes motivaciones hist¿ricas y econ¿micas (el Programa Bracero, el Programa de Industrializaci¿n Fronteriza y el Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano) ser¿n analizadas para analizar su dr¿stico efecto en la vida de los habitantes de ambos lados de la frontera. Las novelas incluidas en este cap¿tulo son Chasing Shadows (2000) de Lucrecia Guerraro, El Puente/The Bridge (2000) de Ito Romo y El Paso del Norte (2003) de Richard Ya¿ez. Cada una de ellas ha sido elegida como ejemplo de literatura fronteriza chicana del siglo XXI donde las condiciones antes mencionadas cobran un protagonismo dram¿tico. La elecci¿n de autores de ambos g¿neros responde al objetivo de esta tesis de defender que la literatura chicana no se limita a la literatura escrita por autoras chicanas. Es decir, este trabajo apuesta por definir como literatura chicana toda literatura escrita alrededor de personajes femeninos en la que la experiencia chicana es cuidadosamente descrita. En otras palabras, de forma similar en la que la posici¿n social privilegiada de Jovita Gonz¿lez, Leonor Villegas de Magn¿n y Josefina Niggli no deber¿a prevenir que sus obras fueran incluidas en el corpus de literatura chicana, el hecho de que dos autores de este cap¿tulo sean hombres no hace que su trabajo sea menos relevante a la hora de estudiar esta literatura fronteriza.La centralidad del contexto te¿rico queer define el ¿ltimo cap¿tulo de esta tesis. Esta secci¿n se centra en las dos novelas escritas por la autora chicana queer Felicia Luna Lemus, Trace Elements of Random Tea Parties (2003) y Like Son (2007). Este an¿lisis ser¿ la base para un estudio queer de la chicanidad. La particularidad de este cap¿tulo reside en el hecho de que Felicia Luna Lemus es la ¿nica autora incluida y que sus novelas est¿n alejadas de la frontera entre EEUU y M¿jico. La inclusi¿n de estos trabajos como literatura fronteriza chicana se basa en la idea de que a la hora de analizar la evoluci¿n de la identidad chicana feminista las fronteras internas y conceptuales son tan cruciales como la propia frontera f¿sica. En otras palabras, haciendo eco de la conceptualizaci¿n te¿rica de la frontera de Gloria Anzald¿a y el concepto de chicanicad queer de Cherr¿e Moraga, donde la sexualidad y la raza est¿n en el centro de la identidad personal y pol¿tica queer, este cap¿tulo se centra en la forma en la que lo queer ha criminalizado y perseguido a las chicanas tanto dentro de su comunidad cultural como en el corpus literario. En estas dos novelas, la autora presenta un abanico de personajes queers y transexuales en la b¿squeda de una identidad cultural y pol¿tica activa. Al igual que en los cap¿tulos anteriores, la importancia del espacio en el proceso de la formaci¿n identitaria es central para entender la manera en la que identidades particulares se desarrollan. Consecuentemente, al presentar una lectura queer de espacios concretos, como la ciudad de Los ¿ngeles y la frontera entre EEUU y M¿jico, esta ¿ltima secci¿n espera concluir con una reinterpretaci¿n teor¿tica y literaria de la literatura fronteriza chicana. Para finalizar, esta tesis espera presentar un estudio alternativo donde la centralidad de la frontera y las transfronteras en este corpus literario es crucial. Aunque amplios estudios sobre la particularidad de la literatura chicana ya existen, el presente proyecto invita a una concepci¿n m¿s inclusiva de esta producci¿n literaria. El hecho de que la frontera entre EEUU y M¿jico haya condicionado profundamente el desarrollo de la identidad chicana ha inspirado esta tesis a provocar y cuestionar definiciones tradicionales de lo que es la literatura chicana y la chicanidad. Por tanto, aunque parezca ir¿nico, la frontera se convierte en la llave que abre puertas a un dialogo entre obras literarias y autores divergentes. Haciendo eco de la positiva apropiaci¿n de Gloria Anzald¿a de un s¿mbolo geopol¿tico que ha causado una larga historia de discriminaci¿n sufrida por los mexicanos americanos, esta tesis ha estructurado su metodolog¿a alrededor de un entendimiento m¿s productivo de chicanidad fronteriza. Por tanto, este estudio aspira a presentar una genealog¿a personal de la literatura fronteriza chicana que ofrezca una nueva contribuci¿n cr¿tica basada en el reconocimiento de la variedad existente dentro de toda comunidad cultural.


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