No hay más remedio que esperar estas fechas de fines del primer trimestre de cada año para comenzar a emitir un juicio aceptablemente solvente sobre la economía española del año que acaba de concluir. Es el momento en que se dispone de dos documentos muy importantes. El que ofrezcan aún muchas cifras provisionales importa algo, pero menos de lo que puede parecer. Unas han de coordinarse con las otras. Al ofrecer un conjunto coherente, por fuerza éste tiene -y año tras año se observa después que así es- muchísimas probabilidades de ofrecer una información verdadera...
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