Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Resumen de El impacto de las transiciones a la movilidad laboral sobre las relaciones de género en la familia en Europa

Gerardo Meil Landwerlin

  • español

    La globalización de las actividades económicas y las demandas de flexibilidad creciente en la organización del proceso productivo implica que la población trabajadora se vea confrontada cada vez con más frecuencia con demandas de movilidad geográfica en sus carreras laborales. Las formas que ha tomado la adaptación a estas demandas de movilidad van más allá de la migración, para incluir distintas formas entre las que destaca especialmente la que puede calificarse como «movilidad recurrente», entendida como aquella movilidad que no implica un cambio de residencia, sino el retorno periódico (diario o no, según las circunstancias) a un hogar ubicado en un lugar distinto al de trabajo (desplazamientos al trabajo que requieren de mucho tiempo o cubrir distancias importantes, frecuentes o sistemáticas pernoctaciones fuera de casa, trabajos temporales en destinos distantes). Esta elevada movilidad tiene efectos positivos tanto para la economía como para la carrera laboral, pero también tiene efectos negativos para los individuos y sus proyectos familiares.

    En el presente trabajo se analizan los efectos de una elevada movilidad geográfica en forma de muy frecuentes viajes de trabajo o largos desplazamientos entre el hogar y el trabajo en las relaciones de género dentro de la familia. En concreto, se analizarán los efectos que tiene la entrada, la salida y la prolongación en el tiempo de una elevada movilidad recurrente sobre el reparto del trabajo doméstico, entendido éste como principal indicador de las relaciones de género en la familia.

    El análisis empírico se basa en la encuesta panel «Job Mobilities and Family Lives» (www.jobmob-and-famlives.eu) realizada en cuatro países europeos (Alemania, Francia, España y Suiza) en 2007 y 2011. El panel sigue las trayectorias socio-laborales de 1.735 entrevistados de entre 25 y 54 años residentes en los citados países. Las trayectorias se analizarán de forma conjunta, sin distinción del país de residencia, debido al limitado tamaño de la muestra. Sobre la base de los resultados obtenidos en 2007 y la revisión de la literatura sobre el tema se analiza la validez de las hipótesis de que la entrada en una movilidad elevada se traduce en una reducción de la participación en el trabajo doméstico, que se acentúa con el paso del tiempo, mientras que el abandono de dicha movilidad va acompañado de un aumento de la implicación, tanto en el caso de los hombres como de las mujeres. Si se cumple esta hipótesis, una elevada movilidad recurrente por parte de los hombres conlleva una tradicionalización de las relaciones de género en el hogar, mientras que una elevada movilidad de género de las mujeres tiene el efecto contrario.

    Los resultados evidencian efectos diferentes según el sexo. En el caso de los hombres, se observa un efecto tradicionalizador derivado de la entrada en una elevada movilidad laboral, que se acentúa a medida que dicha situación se mantiene en el tiempo, redundando en un reparto del trabajo doméstico de carácter tradicional en la gran mayoría de familias en las que esta elevada movilidad se mantiene en el tiempo. El abandono de una elevada movilidad, por el contrario, conlleva un aumento de la participación en un importante número de casos. Estos efectos son independientes de otras transiciones vitales relevantes, como son la entrada en la parentalidad y los cambios en el tiempo invertido en el trabajo remunerado como tal. Estos resultados evidencian que las demandas de flexibilidad que se hacen a la población trabajadora para aumentar el dinamismo económico de nuestras sociedades y su capacidad de adaptación a los nuevos retos no están exentas de efectos negativos, pues amenazan la materialización de otros objetivos y valores sociales como son los de equidad e igualdad de género en el espacio privado. Pero los resultados también evidencian que esta tradicionalización no es una consecuencia inexorable de asumir una elevada movilidad, sino que también es posible compaginar elevada movilidad con un reparto del trabajo doméstico más igualitario, como lo evidencian la minoría de parejas que así lo hacen, y compensar el desigual reparto del trabajo no remunerado una vez concluida la elevada movilidad. En el caso de la movilidad de las mujeres, los resultados obtenidos no confirman la hipótesis de partida de forma clara. La entrada en la movilidad en este caso parece estar asociada con una mayor implicación de la pareja y una reducción de la implicación de la mujer, haciéndose más probable que la norma de reparto del trabajo doméstico sea igualitaria. La permanencia en el tiempo en una elevada movilidad no redunda, sin embargo, en una consolidación de esta mayor participación, lo que sugiere que esta reducción de la implicación es en muchos casos una situación de adaptación transitoria, de manera que, según la evaluación realizada por las mujeres entrevistadas, una vez que se normaliza, la mayoría de las mujeres tienen que asumir la mayoría del trabajo doméstico, una elevada movilidad y las obligaciones propias del trabajo. Las demandas de movilidad para las mujeres redundan, por tanto, en una sobrecarga adicional que tiene efectos muy negativos sobre la calidad de sus relaciones de pareja.

  • English

    The globalization of economic activities and the demands for increasing flexibility in the organization of the productive process mean that the working population is increasingly confronted with demands for geographical mobility in their job careers. The process to adapt to these demands for mobility go beyond migration, to include different forms, especially those that may be described as “recurrent job mobility”, which means mobility that does not imply a change of residence, but periodic return (daily or not, depending on the circumstances) to a home located in a place other than the workplace (long-term commutes or covering long distances, frequent or systematic overnight stays, temporary jobs in distant destinations). This high mobility has positive effects on both economy and career paths, but it also has negative effects on individuals and their family projects.

    This paper analyses the effects of high geographical mobility related to very frequent business trips or long commuting between home and workplaces on gender relations within the family. We will specifically analyse the effects of the entry, exit and extension of high recurrent mobility on the distribution of domestic work, understood as the main indicator of gender relations in the family.

    The empirical analysis is based on the panel survey “Job Mobilities and Family Lives” (www.jobmob-and-famlives.eu) conducted in four European countries (Germany, France, Spain and Switzerland) in 2007 and 2011. The panel follows the social and labour careers of 1,735 interviewees aged between 25 and 54 years living in those countries. Such careers will be analysed jointly, regardless of the country of residence, due to the limited size of the sample. On the basis of the results obtained in 2007 and the review of the literature on the subject, we analyse the validity of the hypotheses that high mobility results in a reduction in participation in domestic work, which is accentuated over time, while the abandonment of such mobility is accompanied by an increase in participation, both for men and women.

    If this hypothesis is confirmed, high recurrent mobility of men leads to traditionalization of gender relations in the home, while high gender mobility of women has the opposite effect.

    The results show different effects according to sex. In the case of men, high labour mobility leads to a traditionalizing effect, which is accentuated as this situation is extended over time, resulting in a distribution of traditional domestic work in the vast majority of families where this high mobility is maintained over time. The reduction of mobility, on the other hand, leads to an increase in participation in a significant number of cases. These effects are independent of other relevant life transitions, such as parenting and changes in time spent on paid work as such. These results show that the demands of flexibility made to the working population to increase the economic dynamism of our societies and their ability to adapt to new challenges are not without negative effects, as they threaten the completion of other goals and social values, such as equity and gender equality in the private sphere.

    But the results also show that this traditionalization is not an unstoppable consequence of assuming high mobility, but it is also possible to combine high mobility with a more equal distribution of domestic work, as evidenced by the minority of couples who do so, and to compensate for the unequal distribution of unpaid work once high mobility has ended.

    In the case of women’s mobility, the results obtained do not confirm the starting hypothesis clearly. Mobility, in this case, seems to be associated with a greater involvement of the couple and a reduction in women’s participation, making the rule of sharing domestic work more likely to be equal. However, the continued high mobility does not lead to a consolidation of this increased participation, suggesting that this reduction in involvement is, in many cases, a temporary adaptation situation, so according to the assessment made by the women interviewed, once it is normalized, most women have to take on the majority of domestic work, high mobility and their own job obligations. The demands for women’s mobility, therefore, result in an additional burden which has a very negative impact on the quality of their partners relationships.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus