Resumen El caso de Antonio López y López (Comillas 1817-Barcelona 1883) es uno de los ejemplos más paradigmáticos de la leyenda del indiano. Enriquecido en Cuba, volvió a la Península para establecerse en Barcelona y construir uno de los conglomerados económicos más importantes de la Restauración. Distinguido por Alfonso XII con el título de marqués en 1878, comenzó a partir de entonces a dignificar su villa natal mediante un espléndido mecenazgo. A Comillas llegaron, entonces, algunos de los mejores artistas catalanes del último cuarto de siglo. Continuando con esta línea de patrocinio, el monumento a Antonio López (1883-1892) fue encargado a Lluís Domènech i Montaner y constituye uno de los hitos del arte de la Renaixença en Comillas.
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